27 May, 2024
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El surf es para muchos algo más que un mero deporte. Se trata de una forma de vivir y entender la vida. Una filosofía que deseamos transmitir de generación en generación. De alguna forma queremos hacer a nuestros hijos partícipes de nuestra pasión para poder el día de mañana compartir una misma afición. Muchos de los surfistas que compiten o han competido en el circuito profesional heredaron de sus progenitores el amor por las olas y el mar. Hay está los ejemplos de Alana Blanchard que viene una familia de surfistas o el de Mick Fanning, quien de niño soñaba con emular a sus hermanos mayores.
A nivel amateur, los casos son muchos también. Distintas generaciones se esfuerzan por cuadrar las agendas para ir juntas al agua y experimentar esa sensación única e inexplicable que es la de cabalgar una ola. Pero antes de que eso ocurra, hay un proceso previo largo y duro. Conseguir que los más pequeños encuentren en este deporte la misma fascinación que los padres puede ser más complicado de lo que uno piensa. Por eso te vamos a dar una serie de consejos que llevados a la práctica pueden resultar muy útiles. Si es tu caso, no pierdas detalle a las siguientes líneas.
Ejerce de mentor
No dudes en usar tus propias dotes de mentor. Los niños tienden a idolatrar a sus padres, a los que hasta cierta edad consideran héroes. Basta con una pequeña inversión de un neopreno y una tabla blanda para que en la orilla le puedas dar las primeras lecciones sobre el surf. No dudes en ir antes al gimnasio y poner tus bíceps al día. Es muy probable que te toque ejercer de motor humano para impulsarles desde atrás. Por la red circulan muchos vídeos para aprender el movimiento y no lesionarte en el intento. Uno de los más reproducidos, a día de hoy, es el de Chris Hemsworth. El actor, que la gran pantalla da vida a ‘Thor’, ha colgado en sus redes sociales cómo ejerce de instructor con su hija y a la pequeña no le faltan aptitudes porque a la primera consigue ponerse de pie. Chris, como buen australiano, es aficionado desde hace muchos años al surf y es un habitual en las costas australianas cuando su agenda cinematográfica se lo permite.
Pasa del corcho a la tabla
Es el camino natural hacia el surf. Muchos niños empiezan con un ‘boogie’, un corcho o una tabla de bodyboard. Es una forma más sencilla de adaptarse al entorno, conocer los mares y aprender a moverse en los tiempos correctos sobre la ola. Al llevar aletas, los niños tienen una importante ayuda adicional para poder coger la ola sin que ésta les sobrepase por falta de fuerza. Es la mecánica de aprendizaje que siguen los menores en muchos puntos del planeta y muy habitualmente en Canarias. Hay tenemos el ejemplo de Yael Peña que en sus primeras imágenes en el agua, en las que se le puede ver con un corcho y unos manguitos.
El cambio no tiene que ser, ni mucho menos, una obligación. El bodyboard tiene su propio encanto y los hay que se nieguen a dejar un deporte por otro. Al fin y al cabo se trata de inculcarles el amor por el océano y por surfear una ola, independientemente de la herramienta que usen para deslizarse por las olas.
Debe de ser un juego, no una obligación
Los niños asimilan mucho mejor los conocimientos cuando los interpretan como un juego y no como una obligación. En ningún caso debemos comprarle una tabla para mentalizarles de que se conviertan en el Kellly Slater del futuro. Muchas campañas se han convertido en virales para erradicar de los campos de fútbol a los padres que ejercen de mal ejemplo desde la grada para sus hijos. Es precisamente esa imagen la que no querrás transmitir de cara al tuyo dentro del agua. Existen multitud de juegos que se pueden usar para que mejore su coordinación, equilibrio, destreza y aprenda a dominar del medio acuático. Sírvete de la biblioteca llamada internet. Vaya por delante que antes de ponerlos en práctica hay que enseñar al niño o la niña a nadar.
No dudes en recurrir a expertos
El aprendizaje suele ser más efectivo si se lleva a cabo en compañía de otros niños. De esta manera, será aún más fácil que vean el surf como un juego divertido al asociarlo a sus amigos. Los campamentos de surf para menores, como los Calima Surf, están orientados precisamente a eso. Cuentan con monitores especializados y con años de experiencia en esta labor para saber cómo inculcar a los pequeños de la casa la afición por este deporte. Escuelas como ésta, tienen cursos y programas exclusivos para los menores de uno o varios días de duración en el que complementan las enseñanzas sobre el surf con actividades paralelas dentro sus diferentes modalidades de packs. Rutas en bici, senderismo, buceo, excursiones o SUP son algunas de las muchas actividades paralelas que practicarán durante la estancia en un campamento de surf.
No hay una edad exacta para empezar
No hay una edad concreta para enseñarle a surfear. Evidentemente, contra antes el niño adquiera los conocimientos básicos más fácil los asimilará y más probabilidades habrá de que de mayor pueda bajar una ola con soltura. La metodología de enseñanza, eso sí, variará en función de la edad porque no es lo mismo tratar de explicar a un niño de 4 años cómo ponerse de pie sobre una tabla que a uno que tenga 13 primaveras. Por lo tanto, habrá que adaptar la misma al rango de edad en el que se encuentre para obtener los mejores resultados y su total atención.
Recurre a la ‘vídeo enseñanza’
«’What’s he searching for? – ’The ride! T» (CC BY 2.0) by quapan
No es ningún método patentado, pero lo cierto es que a través de la televisión más de uno llega a engancharse al surf. Por películas y documentales que no sea. Desde los sesenta en adelante, hay auténticas joyas cinematográficas a tu alcance. Muchas generaciones han crecido viendo ‘films’ como ‘The Endless Summer’ o ‘Le llaman Bodhi’, hasta el punto de que ambas películas han llegado a tener secuelas. Pero como se dice coloquialmente, las segundas partes nunca fueron buenas. Por algo Steven Spielberg se ha negado en muchas ocasiones a rodar una segunda parte para ‘E.T’. Viendo las rompientes tan perfectas que el cine regala a la vista, a cualquier le suscita la curiosidad por al menos probar el surf, aunque sea solo una vez. El mismísimo Keanu Reeves se aficionó al surf tras rodar ‘Le llaman Bodhi’.
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